Para comprender una leyenda en términos
históricos el primer paso es desmitificarla. Extraer de ella todo aquello que
fue agregado a través de los siglos para enaltecer la figura del protagonista o
para rescatar los dogmas morales que pretende inculcar. Así, para entender este
funcionamiento deberemos hacer un trabajo de simplificación reestructurando los
elementos trascendentes de la historia en cuestión.
De esta manera podemos simplificar la historia
de José en 3 acontecimientos a tomar en cuenta.
1) Al llegar a Egipto accede rápidamente
al poder.
2) Al acceder al poder es el
encargado de captar las tierras de los campesinos, o clanes, a favor del
Faraón.
3) Al ganar los favores del
gobernante consigue las mejores tierras para su propio clan familiar.
Sin embargo, al realizar esta limpieza del
mito la historia parece ser solo una cuestión de posesión territorial. Y es que
en términos históricos, la historia es solo una cuestión de posesión
territorial.
Es menester, para la comprensión de cuanto
pretendo explicar, la contemplación del contexto social, territorial, político
y humano del mundo conocido en el año 1700 aC. En esa época los asentamientos
humanos importantes se contaban con los dedos de una mano y la región de Palestina no era uno de
ellos. (Ver
recuadro). Ninguna, ni aún el inexistente pueblo judío (Inexistente en
tanto como nación, no como clan) tenían intenciones de convertirse en un estado
dominante. Pretendo explicar con esto que al entrar José en Egipto, no lo hizo
con una conciencia concebida y acabada de pertenencia a una nación sino, solo,
a un clan familiar. Y que fue en Egipto donde esta idea de nacionalidad
floreció en él.
Allí, solo habitaban tribus mayoritariamente nómadas divididas en clanes
familiares
El cómo, cuándo y por qué José llegó a Egipto
es algo que ya he desarrollado en mi anterior ensayo “Prehistoria del pueblo
judío” sin embargo, sabiendo de lo escaso de dicha publicación (y para no
incurrir en extensas explicaciones, sobre los deseos de sus antepasados de
habitar tierras egipcias, y la innegable transmisión de estos anhelos a través
de las generaciones) servirá tomar por cierto el mito bíblico de su venta como esclavo
por parte de sus hermanos; pues el desarrollo de este trabajo parte de un José
ya establecido como ladero del Faraón.
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