Según lo referencia las fuentes,
Ismael fue apartado de su clan siendo aún niño y su lugar fue tomado por Isaac.
Si bien esta historia tiene, en términos teológicos, enorme trascendencia;
podemos decir que en términos políticos las connotaciones son otras muy
disímiles, siendo por esto posible que haya sido manipulada con posterioridad[1]
Tomemos en cuenta que Abram al formar su clan emigra hacia Egipto de donde es
expulsado luego de engañar al rey haciendo pasar a su esposa por su hermana.
Posterior a este hecho (Trascendente, según mi opinión) se instala en la región
limítrofe del imperio, manteniendo a lo largo del tiempo un comportamiento
nómada propio de los exiliados. No existe ninguna referencia que nos indique
que Abraham renunció a sus pretensiones de habitar tierra egipcia, más que las
promesas territoriales hechas por su Dios sobre el territorio de Canaán; pero
como ya he dicho con anterioridad, ello no cuenta en términos de ciencia
histórica. Sin embargo si podemos hallar algunos indicios en contrario. El
primero de ellos es, en términos políticos, harto conocido: Tomar una mujer del
territorio pretendido y procrear con ella. Es decir; crear un vínculo sanguíneo
entre el nuevo clan y los habitantes de Egipto. Es muy probable que las
verdaderas intenciones de Abraham al concebir a Ismael hayan sido estas y no
ninguna otra. Su primogénito estaba llamado a ser el líder de un poderoso clan
familiar que podría, por derecho de consanguinidad, reclamar territorios
egipcios.
Sin embargo Ismael (Suponemos que ya adulto y
no siendo un niño) se aparta del clan de Abraham para formar el suyo propio.
Este acontecimiento hecha por tierra las pretensiones de su padre quien ahora
deberá heredar la primogenitud en Isaac, hijo de Sara (Quien, como se verá más
adelante, continuará las pretensiones territoriales sobre Egipto, tal y como su
padre)
Es verdaderamente llamativa la escasez de
material sobre la historia particular de
Isaac e Ismael. Sobre todo teniendo en cuenta las abundantes descripciones
sobre la vida de Abraham primero y Jacob después. Sin embargo, la trascendencia
de estos dos personajes (Ismael e Isaac) es de suma importancia en los
acontecimientos posteriores (Incluso hasta nuestros días) La omisión sobre
tales detalles pareciera ser entonces fruto de la intencionalidad histórica más
que de la ausencia de leyendas al respecto. Como si los encargados posteriores
de documentar los hechos, hubieran tenido cierta intención al referirse lo
mínimo indispensable al hecho en cuestión.
En este periodo de la prehistoria hebrea
entramos en una época oscura. La leyenda (Seguramente al carecer de registros históricos
ciertos del periodo[2]) toma connotaciones ampliamente
simbólicas y representativas. Las repeticiones argumentales entre la vida de
Abraham, Isaac y Jacob (Ver
recuadro) parecen ser un calco las unas de las otras probando que, o
bien inatentan reflejar una conducta social, o bien intentan identificar a
Jacob como un nuevo Abraham, o bien son el resultado de la necesidad de los
escribas de llenar bastos periodos de tiempo acéfalos de los relatos que procuraran
una continuidad en la historia (Esta última posibilidad, me permito
considerarla como la menos probable). Ya sea una u otra la razón, nos es
posible sacar un puñado de conclusiones; sino de los hechos reales, al menos de
las intenciones históricas que los narradores pretendieron darle.
Es preciso recordar aquí que cuando los textos
y leyendas orales comienzan a recopilarse para formar lo que luego será la Torá
las necesidades políticas y sociales habían variado notablemente al momento en
que estos relatos vieron la luz por primera vez. Y ello, tiene que haber
redundado en la actualización, reinterpretación, o manipulación de los
acontecimientos allí referidos.
Uno de los cambios más significativos que
podemos encontrar es que en el 1900 aC la tierra de Canaán carecía de valor en
comparación con el fértil valle de Egipto. En cambio, en el año 600 aC, esa
misma tierra era una importantísima ruta comercial entre los imperios del
norte, el sur y el este.
[1] En la mitología musulmana
esta misma leyenda se cuenta en términos muy distintos.
[2] No hay que olvidar que
estas leyendas comenzaron a ser recopiladas rondando el año 600 aC. Es decir,
1300 años después de que supuestamente acontecieron.
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