jueves, 31 de julio de 2014

Fin de la prehistoria



Es necesario aclarar que, si bien las descripciones sobre la vida y relaciones de Jacob abundan, considero que no es necesario referirnos a ellas en detalle, pues no son más que un compendio de comportamientos sociales, y descripciones de la vida en aquella época, mucho más interesadas en la formación teológica del lector, que en la aclaración histórica del periodo. Lo más relevante de su historia es lo mencionado en: “Referencia sobre Jacob” y, nuevamente, en términos de investigación histórica, los relatos sobre su vida no tienen mayor valía que la de resaltar este punto pues los restantes son de un carácter más dogmático. Sin embargo, y a pesar de esto, es un nexo necesario que sirve de comunión entre el final de la prehistoria judía y el inicio de la historia.
 Ahondar en detalles, sería pecar de reiterativo, pues los acontecimientos referidos en la historia de Jacob, continúan, en líneas generales, el comportamiento previo: Usurpación de primogenituras[1], engaños para acumular poder y/o crecer política y económicamente[2], Infinitas referencias a la expansión territorial  y al pago por la tierra (O lo que sería su igual, la construcción de posos de agua que las hacían fértiles) y ausencia de un dogma definido[3], más allá de los sacrificios y ofrendas, siguen siendo los comportamientos de aquel clan en expansión. Si una cosa puede rescatarse de este periodo es que, más allá de las divisiones, fruto de los engaños y los consecuentes odios y temores que ellos generaban, no redundan en la conformación de nuevos clanes; como puede comprobarse en el reencuentro entre Jacob y Esau. Es el gran mérito de Abraham, haber construido un clan familiar fuerte y poderoso; pero es un mérito, tal vez mayor, de Jacob en el final de esta prehistoria Judía, el haber producido un viraje hacia la política que mantiene unido a un clan que se ramifica y expande sin degenerar en nuevos clanes separados del original. Por ello todos los descendientes (A excepción de Ismael) permanecen dentro del clan de Abraham.


[1] Jacob, recibe la bendición del primogénito correspondiente a Esau.
[2] Engaña a su suegro (después de haber sido engañado por este) para quedarse con la mayor parte de su ganado y, por ende de su riqueza.
[3] Cuando escapan de Labán éste solo pretende recobrar sus ídolos, por sobre sus vienes o pertenencias, y Raquel los esconde y protege (un tanto indecorosamente), aún, a costa de su vida.

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